Todos los pueblos y comarcas han tenido sus músicos populares para fiestas y tradiciones
Los dulzaineros de La Ribera actuando ayer mismo en ‘Los quintos y las quintas de Cea’. CRISTINA DOMÍNGUEZ
Joaquín Llamas no es más que una disculpa, una merecida disculpa pues no en vano lleva treinta años en el frente, para recordar y homenajear a nuestros anónimos enredabailes, aquellos que siempre están dispuestos a amenizar la tarde, a darnos unas horas de baile y diversión.
Ellos mismos hablaban de alguno de sus maestros, los tíos Julián, Ángel o Víctor; pero hay muchos más, la provincia está sembrada de ellos. Desde el Tío Aquilino de Santa Colomba de Somoza, padre de 13 hijos y músico hasta los 100 años e hijo de otro ilustre ‘flautista’, el tío Antonio, recordado enredabailes por los pueblos de la Maragatería en el lejano siglo XIX.
Pergentino Álvarez se valía de otro instrumento muy popular, la acordeón, para amenizar bodas y fiestas por todos los pueblos de Babia y Omaña; más conocido y cercano es Moisés Liébana, el gaitero de Corporales, aún en activo... y tantos otros, tan variados que podrían llegar hasta Nemesio y Xixón, en las comarcas del alto Bernesga.
En cada pueblo había alguno, en cada comarca varios. Singulares y diferentes, pero es de celebrar que haya gente como Joaquín Llamas y todos sus compañeros que siguen manteniendo viva la llama de la fiesta popular, tradicional, asequible, nuestra.
F. Fernández / León
No hay comentarios:
Publicar un comentario