Las explotaciones lácteas leonesas con cupos por debajo de los 100.000 litros se resienten ante las caídas de los precios en origen y la nueva entrada de leche al mercado
Hace falta rebuscar poco en el sector primario leonés con más capacidad de generar valor añadido -también en ámbito social - para advertir que el futuro no es halagüeño. Un pueblo de una comarca ganadera, buscado al azar, aporta un reflejo a escala del sector: por la T, Truébano, en Babia. Tres explotaciones en activo y tres compradores: una láctea asturiana, una multinacional quesera asentada en León y una cooperativa leonesa. «Da igual, lo común es que el recorte en el precio lo sufrimos todos», indica Ita Hidalgo, titular de una de la explotaciones que se asientan en esta localidad del término municipal de San Emiliano, contrariada por la última liquidación que le envió la industria. «Diez pesetas de golpe en cada litro; y amenazan con otro recorte», lamenta esta ganadera babiana que lee entre líneas el mensaje: «Yo creo que lo que quieren es que dejemos la actividad». Se acabó el periodo coyuntural en el que la subida del 30% de los precios en origen hicieron creer al sector que había visos de rentabilidad. El receso de los precios encuentra la primera víctima entre los pequeños productores: «A lo mejor para que el tenga más de cien vacas productoras el golpe es menor, pero para nosotros es insoportable», explica y exhibe de inmediato las facturas de la explotación, con el alimento para el ganado al frente de los gastos, el pienso que creció el último año el doble que la leche: «Para entendernos, es lo comido por lo servido», allana. Ratifica su opinión su vecina y colega en dedicación, Paquita Alonso, que denuncia el engaño al que se ha sometido al sector por parte de la industria: «No se cree nadie que las caídas de los precios van a suponer que el consumidor pague más barata la leche», indica, contrariada por el efectos que va a tener para los productores lácteos la entrada de más cuota: «Si con menos materia prima ya nos tenían ahogados, ahora bajarán más los precios y acabarán por obligarnos al abandono porque en estas circunstancias no va a ser rentable producir», vaticina. Según las últimas estadísticas del reparto de cuota láctea en la provincia, las explotaciones de Truébano figuran entre el porcentaje mayoritario de las que compiten con un cupo inferior a las cien toneladas. Cuatro de cada diez suman esa dificultad para salir adelante. Ita Hidalgo y Paquita Alonso esperan con temor la próxima liquidación de las entregas de leche que han realizado durante el último mes, con la misma corazonada que comparten los novecientos productores de la provincia: «Lo que nos subieron en tres meses el pasado verano nos lo van a quitar ahora en un abrir y cerrar de ojos, y este negocio ruinoso va a pasar a ser un negocio que endeuda. Si hasta ahora salvábamos de milagro los costes de producción, a partir de ahora, con otra rebaja será como si tiramos el dinero al río», dicen mientras llega la siguiente hora de ordeño.
L. Urdiales / A. Caballero
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